Erwin Wurm
En el ocaso palpable del Museo de arte moderno de Bogotá, que en estrepitoso descenso ha ido decayendo hasta las más acérrimas críticas, llega como caído del cielo, dándole un aliento de contemporaneidad a esa modernidad decadente que aún pelea con lo que tiene a su alcance, el divertido artista austriaco Erwin Wurm. Un escultor de posiciones corporales efímeras, de piezas tridimensionales blandas y sólidas, de fotografías que registran sus ocurrencias y de videos que animan a una masa blanda que tiene cosas interesantes que decir.
Aconsejo a todos ir a ver la obra de este personaje que mezcla el humor y la ironía con posiciones claras sobre la cotidianidad y la vida en general. Una obra que sin embargo se ve confrontada a lo obsoleto de este espacio que pareciera venirse a pique con todo y la que en su momento fue la mano aliada de mi tutora Martha Traba. El espacio lamentablemente no logra dimensionar una serie de piezas maravillosas que se dan el lujo de platicar entre sí, a pesar de pertenecer a medios y expresiones diferentes.
Es claro y sería bueno repetírselo a los artistas que comienzan que es esto, en tanto que obra, preocupación y metodología, una muestra clara de lo que debe ser el arte contemporáneo, con sus matices, sus diálogos y sus intereses conceptuales, sin caer en el no-entendimiento o la investigación excesiva. Gran aporte el del Museo y muy a pesar de su condición actual.
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