15 abril, 2010

Friends



Hasta esta semana se realizó en la galería La Cometa una exposición curada por el artista plástico y ahora curador Franklin Aguirre, un personaje que se ha movido inteligentemente por los distintos escenarios del ecosistema artístico local: la creación, la gestión, la academia, etc… , y siempre, con un halo de sarcasmo e ironía detrás de sus gafas. En este caso, en un acto de rebeldía, de crítica y de denuncia, seleccionó y presentó únicamente a sus amigos artistas.

Y como en la vida, en la que hay malos, regulares, buenos y maravillosos amigos, acá pasaba un poco lo mismo. Habían obras increíbles y obras no tan satisfactorias. De todo un poco en una muestra que pone sobre el papel, de forma graciosa, aunque no debería serlo, un tema escabroso, que tiene que ver con las preferencias, los favores y las roscas. Un problema que malversa muchas veces la objetividad de lo que se ve y de los artistas que sobresalen.

En este caso Aguirre lo hace evidente y lo encamina hacia un ejercicio de compañerismo y solidaridad con sus colegas, pero insisto, poniendo en escena y en el ojo del huracán algo que termina pasando en el circuito de arte nacional, y es que se siente a veces ese mismo sabor amargo de la política, en la que los cargos no se otorgan por meritocracia sino por sesgos e intereses particulares. Y ese monopolio, en el área cultural, es igual de grave que en cualquier otro campo. Se convierte poco a poco en un problema para avanzar y para brindar las garantías y los estímulos a todo el que trabaja pacientemente y con inspiración. Ojo.

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