Profesores al tablero
El jueves pasado decidí visitar a un par de amigas/colegas/compañeras de vida que en un punto de su carrera, y como para evitar el desasosiego propio de las artes en general, decidieron vincularse a una academia y convertirse en pacientes docentes.
El motivo de la visita era conversar un poco, recordar viejos tiempos, comentar proyectos imposibles y visitar una original exposición de la cual fueron partícipes.
Hablo de una peculiar muestra de profesores organizada por la facultad de artes visuales de la Universidad Javeriana. La idea era que cada profesor participante retomara un ejercicio académico hecho en su clase e hiciera su propia propuesta visual. Interesante reto teniendo en cuenta que esta vez los verdugos no serían ellos sino los inocentes alumnos. Además, otra de las novedades era que el espacio de exposición no se limitaría a los salones o corredores usuales sino que se extendería a todo el campus universitario. De Norte a Sur de la calle 45 a la calle 39, y de Occidente a Oriente de la Carrera Séptima a la avenida Circunvalar. Un espacio gigantesco en donde a manera de oasis aparecerían de la nada indefensas obras de arte.
A nivel general me parece bastante divertido sobretodo por el hecho de retomar tareas enseñadas. Lo digo porque generalmente los ejercicios están totalmente alejados de la búsqueda plástica de cada persona. El profesor no sabe entonces si hacerlo como si fuera estudiante o como artista profesional. Más si quien lo juzgará es su antiguo estudiante quien muy factiblemente se sienta decepcionado. En fin…
Al final, las conclusiones por “chismerío” oral son las siguientes:
- “Que hay propuestas muy pobres. Como los fallidos stencils de Diego Mendoza”. Este, paradójicamente, es una de las vacas sagradas de la facultad.
- “Que hay pseudos-copias de ejercicios hechos anteriormente por alumnos”. A veces la gente tiende a pensar que por que hay ideas similares, entonces son obras iguales. El mito de la originalidad…
- “Que el espacio es muy grande entonces no se alcanza a recorrer toda la muestra”. Para una persona externa esta crítica es muy apropiada pero para los javerianos se convierte en un divertido juego de encontrar las obras, ya que están muy bien mimetizadas con el espacio.
Yo me tomé mi café, deambulé un poco y fui bastante feliz.
El motivo de la visita era conversar un poco, recordar viejos tiempos, comentar proyectos imposibles y visitar una original exposición de la cual fueron partícipes.
Hablo de una peculiar muestra de profesores organizada por la facultad de artes visuales de la Universidad Javeriana. La idea era que cada profesor participante retomara un ejercicio académico hecho en su clase e hiciera su propia propuesta visual. Interesante reto teniendo en cuenta que esta vez los verdugos no serían ellos sino los inocentes alumnos. Además, otra de las novedades era que el espacio de exposición no se limitaría a los salones o corredores usuales sino que se extendería a todo el campus universitario. De Norte a Sur de la calle 45 a la calle 39, y de Occidente a Oriente de la Carrera Séptima a la avenida Circunvalar. Un espacio gigantesco en donde a manera de oasis aparecerían de la nada indefensas obras de arte.
A nivel general me parece bastante divertido sobretodo por el hecho de retomar tareas enseñadas. Lo digo porque generalmente los ejercicios están totalmente alejados de la búsqueda plástica de cada persona. El profesor no sabe entonces si hacerlo como si fuera estudiante o como artista profesional. Más si quien lo juzgará es su antiguo estudiante quien muy factiblemente se sienta decepcionado. En fin…
Al final, las conclusiones por “chismerío” oral son las siguientes:
- “Que hay propuestas muy pobres. Como los fallidos stencils de Diego Mendoza”. Este, paradójicamente, es una de las vacas sagradas de la facultad.
- “Que hay pseudos-copias de ejercicios hechos anteriormente por alumnos”. A veces la gente tiende a pensar que por que hay ideas similares, entonces son obras iguales. El mito de la originalidad…
- “Que el espacio es muy grande entonces no se alcanza a recorrer toda la muestra”. Para una persona externa esta crítica es muy apropiada pero para los javerianos se convierte en un divertido juego de encontrar las obras, ya que están muy bien mimetizadas con el espacio.
Yo me tomé mi café, deambulé un poco y fui bastante feliz.
2 Comentarios:
Tu opinion sobre la muestra es muy superficial, es como ir a tomar helado a una galeria.
Eso no creo que sea digno de mostrar.
Perfecto!
Amo comer helado. Y de combinarlo con algo de seguro sería con la visita a una exposición.
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