Premio Luis Caballero
Hasta ahora nada en la Galería Santafé me había sorprendido.
De Uhía me esperaba algo totalmente distinto. –Ojalá hubiera sido algo con esmaltes y no con esas grabadoras made in China que solo me recuerdan la fatal inclusión de electrodomésticos rastreros en cuanta exhibición de arte contemporáneo-. Lo digo porque el popurrí de sonidos de películas de acción, más allá de desesperarme físicamente, que creo era la intención real a la que se refería el título masa crítica, al contrario no termina sino siendo la "criticación" de la "crtiticadera" entorno al eterno malestar que se tiene contra la globalización y el sistema capitalista en el que vivimos. Qué trillado, y sobre todo, que poco poético. Hubiera preferido una burla más "a la Uhía".
Foto: Instituto distrital de cultura y turismo
El trabajo de Baraya siempre me ha parecido muy interesante, sin embargo, la propuesta hecha para el planetario me parece que de alguna forma no encajaba. Y cuando algo en el arte no encaja no es que uno sea ignorante sino que algo anda mal. Y algo andaba mal. Aunque insisto. La obra de Alberto Baraya es una obra consecuente, con una investigación clara y un discurso propio de nuestro contexto.
Foto: Instituto distrital de cultura y turismo
En cuanto a Luz Angela Lizarazu y Miguel Huertas, ni lo menciono. Demasiado bajo el nivel. No dieron la talla y no se en que se gastaron los once millones de financiación. Esas tripas tipo cojín no son más que un mal remedo de arte póvera y los dibujos de Huertas intentando sensibilizar la percepción espacial, parecían un trabajo fallido de dibujo III. Agrio.
Gracias a Dios Edgar Guzmán apareció en escena con esos bellísimos dibujos espaciales. Es una propuesta muy simple que invita a repensar la primera consigna del concurso: apropiarse del espacio de exposición. Que por cierto es bellísimo y desde ya imagino con los reflejos discotequeros de Junca. Ya veremos… Por ahora líneas van, líneas vienen. Orden. Minimalismo. Paz. Ganas de mirar, de crear encuadres. De crear tramas. De crear dibujos.
De Uhía me esperaba algo totalmente distinto. –Ojalá hubiera sido algo con esmaltes y no con esas grabadoras made in China que solo me recuerdan la fatal inclusión de electrodomésticos rastreros en cuanta exhibición de arte contemporáneo-. Lo digo porque el popurrí de sonidos de películas de acción, más allá de desesperarme físicamente, que creo era la intención real a la que se refería el título masa crítica, al contrario no termina sino siendo la "criticación" de la "crtiticadera" entorno al eterno malestar que se tiene contra la globalización y el sistema capitalista en el que vivimos. Qué trillado, y sobre todo, que poco poético. Hubiera preferido una burla más "a la Uhía".
Foto: Instituto distrital de cultura y turismo
El trabajo de Baraya siempre me ha parecido muy interesante, sin embargo, la propuesta hecha para el planetario me parece que de alguna forma no encajaba. Y cuando algo en el arte no encaja no es que uno sea ignorante sino que algo anda mal. Y algo andaba mal. Aunque insisto. La obra de Alberto Baraya es una obra consecuente, con una investigación clara y un discurso propio de nuestro contexto.
Foto: Instituto distrital de cultura y turismo
En cuanto a Luz Angela Lizarazu y Miguel Huertas, ni lo menciono. Demasiado bajo el nivel. No dieron la talla y no se en que se gastaron los once millones de financiación. Esas tripas tipo cojín no son más que un mal remedo de arte póvera y los dibujos de Huertas intentando sensibilizar la percepción espacial, parecían un trabajo fallido de dibujo III. Agrio.
Gracias a Dios Edgar Guzmán apareció en escena con esos bellísimos dibujos espaciales. Es una propuesta muy simple que invita a repensar la primera consigna del concurso: apropiarse del espacio de exposición. Que por cierto es bellísimo y desde ya imagino con los reflejos discotequeros de Junca. Ya veremos… Por ahora líneas van, líneas vienen. Orden. Minimalismo. Paz. Ganas de mirar, de crear encuadres. De crear tramas. De crear dibujos.