19 junio, 2008

Genius Loci



Luis Carlos Tovar es un nombre que me ha venido sonando en los últimos meses por su intervención in-Situ junto a excusado print system, Adriana Marmorek y jcArango en una casa Republicana del centro de la ciudad, por la adquisición de parte de la colección Cisneros de su obra naufragio, presentada en el marco de La Otra, feria de arte contemporáneo, así como por su reciente muestra en la Galería Alonso Garcés: Genius Loci.

A primera vista sus intervenciones son deslumbrantes por sus juegos de luces, sus reflejos, las sombras y las puestas en escena casi teatrales, en fin… Una gran cantidad de efectos especiales. Pero hay algo por ahí que me deja un sabor amargo, como un aire de desconfianza… será algún “espíritu del lugar”… o una falta de sinceridad…



Claramente hay una carga simbólica muy valiosa en la obra de Tobar. De hecho se vale de símbolos a veces demasiado obvios para recrear, rememorar o rescatar espacios olvidados. Y creo que por ahí es que siento la fisura e inocencia de su obra. Porque aunque parece un concepto profundo y reflexivo (esto apoyado, insisto, en el tremendismo de sus montajes) no es más que una idea muy sencilla y facilísta usualmente utilizada en la publicidad. Me explico. La fórmula consiste en apropiarse de elementos propios a una cultura, divisar sus símbolos e identificaciones más fuertes y así llegarle al corazón al público local. Eso sí, con imágenes impactantes, campañas agresivas y lemas despampanantes.

La estrategia de Tovar es muy similar. Este construye a través de símbolos y espacios de fácil identificación como lo son un aula de clase o una iglesia, todo un discurso un tanto exagerado acerca del poder de la arquitectura, del paso del tiempo o de la activación de la memoria. Reflexiones que en realidad no aparecen por ningún lado. Está entonces vendiendo una reflexión inexistente. Simulando una investigación. Justo como en la publicidad. Es la perfecta propaganda del arte contemporáneo. Esa en la que lo importante es parecer interesante, o aún mejor, intelectual y no expresarse sinceramente. Allí el público o el mismo reportero se ve enfrentado a algo que no entiende pero que se legitima en lo imponente de su instalación y en lo rimbombante de su texto.

Es más, por lo que analizo de su obra, me atrevería a pensar que es uno de esos personajes de ego gigante y humildad minúscula. Eso confirmaría mi teoría. Sin embargo a primera vista, insisto la obra luce sólida e interesante.

Manuel Hernández

A sus ochenta años y después de décadas y décadas de hacer sus pinturas abstractas con el mismo signo blanco de antaño, Manuel Hernández nos deja ver un par de tímidas propuestas tridimensionales hechas en hierro. Adivinen de qué… del mismo signo blanco que se ha repetido maquinalmente en todas y cada una de sus pinturas desde el final de los años setenta, hasta acá. “Yo me pregunto si es hechizo o es amor”, “Yo me pregunto cual es la magia”, como dice la canción.



A esto se le suman enormes telas negras con una paleta austera que genera un juego sobrio entre positivo y negativo y que increíblemente lucen bastante contemporáneas. No obstante, aburrido. Muy aburrido.

En todo caso es un homenaje a un artista que como la mayoría de los llamados modernos, repitieron una fórmula que caló hasta nuestros días. Esto claro, con ayuda de mi predecesora, Martha Traba, y de las constantes reseñas en la Revista Diners, “aleros” claves para llegar a la victoria.

Al final un video bastante “cursi” pero emotivo, fue el broche de cierre de esta exposición.

03 junio, 2008

Premio Botero

Chao fuera demonio de arte de difamación, de vulgaridad, de obscenidad, de adulterio, de homosexualismo, de nudismo. Chao! Fuera! Quema y consume esos demonios de arte perverso. Corrupto. Fuera arte inmoral, perverso. Fuera… Fuera… Fuera... Quema y consume ese demonio inmundo del arte perverso. Te ordeno desalojar esta sala. Este lugar. Declaro mi bendición sobre esta obra echando fuera adulterio… fuera

Aleluya…

Como almas en pena que aún habitan el claustro la enseñanza retumbaban estas frases en salas y pasillos. Un discurso políticamente incorrecto pero supremamente cierto. Casi como una yo (Lolita Franco) en “estado de manicomio” y balbuceando todo aquello que siempre quise defender. Esa fue mi primera sensación con respecto a la obra ganadora del recién finalizado Premio Botero. Esta vez más preocupado por la curaduría (simple pero coherente), por el montaje (nuevo tapete rojo) y por la selección de sus participantes (menor cantidad). Aunque confieso que el Claustro como sala de exhibición del premio más jugoso de nuestro país, es un escenario un tanto paupérrimo.




Sin embargo este año hubo una docena de obras de gran nivel. Sin orden, sin comparaciones, sin excepciones. Todas excelentes.


Perro-idos/MIGUEL KUAN. /// En los últimos años me ha sido muy difícil encontrar obra tridimensional que me genere algo. Esta lo hizo. Un perro muy sencillo pero que sin embargo por su manufactura a base de cables, chatarra y tela, me hizo recordar todas esas películas futuristas que hablan de la extinción de la raza humana. Un delicioso escalofrío recorrió mi cuerpo cuando lo miré directo a su ojo.


Presagio/LUIS CARLOS TOVAR. /// Este joven me sigue sorprendiendo con su minimalismo y su sutil delicadeza. Poético en su sencillez.


De la serie Bar/JUAN DIEGO DÍAZ. /// Escena urbana que al ser bien pintada y en un gran formato, llama la atención.


Versos de colores al viento/ NADIR FIGUEROA. /// Su título lo dice todo. Este muy joven barranquillero que el año anterior tenía algo similar me demuestra su maestría para pintar. De lo mejor. Casi me sentí en la finca, con mis hijos y mi esposo, tranquilos, volando una cometa.


Picasso - Picazo/ ALEJANDRO SANCHEZ. /// Humor y talento. Buena combinación para un pintor en proceso.


Nada es para siempre/ SANTIAGO LEAL./// Impecable registro de unas acciones escultóricas titánicas. Me recuerda a Rosario López e incluso a María Elvira Escallón.


Varios verbos/ MARIA PAULINA PEREZ./// Especial combinación entre el lenguaje gramatical y el lenguaje fotográfico al servicio del retrato.


Pruebas de supervivencia/ /// Acciones rutinarias para hacernos saber que estamos vivos. Buen experimento convertido en obra.


Desapariciones forzadas/ JHON AGUASACO. Maravilloso discurso. Qué lástima lo pobre de su proyección y montaje. Siempre digo lo mismo. No importa que la mayor intención sea estética pero mientras haga parte de las artes visuales debe cumplir con unas reglas básicas de presentación.


Carne de tu carne es la que te ama/ CARLOS EDUARDO ALARCON. Como un performance pintado. Impacta de entrada.


Felicidad/ JUAN SALVADOR BADEL./// Interesante.


Espectador No. 1/GRACE BURBANO. /// Hay algo. No sé que pero lo hay.


Not here - Now There/ LEONARDO CASTANO. Me encanta de esta obra su escultórica contemporaneidad y su reflexión sobre lo lejos y cerca que pueden estar las cosas. Intentaría volver más explicita su realización manual.

+ CARLOS CASTRO y su obra Lipoescultura de la cual lamentablemente no tengo registro pero les garantizo que era de lo mejro del salón.

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Y lo peor del Botero. El bottom 5. Eso que yo tiraría a un río por detrás de un puente para que se lo lleve la corriente y jamás vuelva…












Por último quería denotar que en su mayoría, las menciones de honor y muchas de las obras escogidas equivalen a obras de tono autóctono y nacionalistas que no reflejan ni el pensar, ni el sentir del artista joven colombiano pero que de seguro a los ojos de un extranjero es un discurso de nuestro contexto.